¿La hiedra de toda la vida? No. Hay decenas de variedades, con formas muy curiosas, y matices de verde muy variados, e incluso con tonos blanquecinos o amarillentos. Las más bonitas tienen un crecimiento bastante lento, pero conviene vigilarlas. Salpicada con las flores de otras trepadoras, o con alguna maceta colgante con flores que enganches en la celosía puede quedar muy chula.
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